La alegría y el sabor,
en las granadas están.
¡Líbrame de la aspereza
que ellas me dan!
Pero además de eso,
traen felicidad.
Las buenas granadas,
ricas, ricas en libertad.
Me encanta comer
esa dulzura.
¡Ay, que melancólicas,
esas granadas duran!
Julia M. M.,
5ºA, 10 años