Marta tenía un reloj muy antiguo que se lo había regalado su
tía. Para ella era muy especial.
Un día vio que el reloj estaba empezando a ponerse viejo, sus agujas ya no se movían y su color se había desgastado. Ella sintió pena y se fue a su cuarto a pensar alguna idea. Pensó que si lo pintaba quizás se pondría bien. Así que se fue a comprar pintura. Cuando la compró se fue a su casa y pintó el reloj. Le quedó muy bien. Ella se puso muy contenta.
Un día vio que el reloj estaba empezando a ponerse viejo, sus agujas ya no se movían y su color se había desgastado. Ella sintió pena y se fue a su cuarto a pensar alguna idea. Pensó que si lo pintaba quizás se pondría bien. Así que se fue a comprar pintura. Cuando la compró se fue a su casa y pintó el reloj. Le quedó muy bien. Ella se puso muy contenta.
Carla G. G.,
5ºB, 10 años