La luz del paraíso,
el olor de mil flores
me transporta en el tiempo
el Dios de mis amores.
Camino por el sendero,
voy pisando la tierra
y con la mano rozo
la frescura de la hierba.
Levanto las manos
y rozo el cielo,
cierro los ojos
y siento que vuelo.
Ana María R.H.,
5ºB, 11 años