El sábado pasado quedé con mis amigos Juanma y Martín
para preparar la excursión del domingo. Cada uno se encargaría de algo para que
saliera todo redondo; Juanma iba a ver la previsión del tiempo, Martín llevaría
unos bocatas y yo el móvil.
Sobre las diez comenzamos a andar, ya se veían algunas
nubes, al rato caía una “manta” de agua tremenda.
- ¿No decías que iba a hacer buen tiempo?
-Yo lo miré, se habrá equivocado Internet. Imprimí la
página, la
tengo en la mochila.
Mirad.
-! Serás burro! Ésta no es de España, es Granada del
Caribe.
Bueno,
un despiste lo tiene cualquiera -dijo Juanma.
-! Corramos! Allí hay una cabaña – gritó Martín.
-Saca los bocatas, al menos comeremos algo – dije yo.
-!Oh no! Se me han olvidado encima de la mesa….Un
despiste lo
tiene cualquiera.
- No se puede contar con vosotros. Voy a llamar para
que nos recojan. ¿Queeeé? ¡No he cargado el móvil! Bueno, tenéis razón, un
despiste lo tiene cualquiera.
Gabriel C.M.,
6ºB, 11 años